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Abd-ru-shin
Abd-ru-shin
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REFLECCIONES SOBRE EL MENSAJE DEL GRIAL

ARTÍCULO 2




Para algunos seres humanos, la obra
“En la Luz de la Verdad”
se ha convertido en la antorcha y el báculo
para la organización de su vida terrenal.

¿A qué conocimiento personal puede atribuirse aquello?

Como ya se indicó en la reflexión precedente, la obra “En la Luz de la Verdad” responde a preguntas que conciernen el sentido de la vida y la relación del ser humano con la naturaleza y la creación.

Para el autor de la obra “En la Luz de la Verdad”, el hecho de poner en claro la diferencia entre el ser humano y el animal es un punto de partida muy importante en sus explicaciones.

El autor hace una diferencia entre el ser humano y el animal, al atribuir al ser humano una personalidad espiritual y al animal un género sustancial. Ambos géneros – el espiritual y sustancial- son muy diferentes en relación con a sus posibilidades de actuación y, en consecuencia, en sus áreas de responsabilidad.

En efecto, el punto de partida para la existencia personal del ser humano y del animal no es el cuerpo físico, sino el alma; en efecto, los animales poseen un alma sustancial, y para los seres humanos el alma es sólo un invólucro para el núcleo espiritual propiamente dicho. La verdadera personalidad del ser humano es de origen espiritual. Este hecho le concede al ser humano un campo de acción mucho más grande en comparación con el animal. En consecuencia, la responsabilidad, que el ser humano tiene que asumir, es considerablemente más grande que aquélla del animal. De acuerdo a su género, el alma del animal encarna en un cuerpo animal en formación y el alma humana encarna igualmente, de acuerdo a su género, en un cuerpo humano en gestación.

Si se considera el ser humano desde el punto de vista de la obra “En la Luz de la Verdad”, existe, por una parte, el cuerpo terrenal que, de acuerdo con su naturaleza, forma parte de la Tierra, y por otra parte la personalidad del ser humano, que es de otra naturaleza mucho más fina. La personalidad de un ser humano siempre es diferente de aquélla de los semejantes, por lo cual nunca existirán dos seres humanos completamente iguales.

Si en este razonamiento se toman como base las explicaciones de la obra “En la Luz de la Verdad”, la personalidad del ser humano – es decir su núcleo espiritual – no forma parte de la Tierra. El núcleo espiritual, o bién el ser humano espiritual, es de un género completamente propio; este género es tan diferente de aquél de la materia de la Tierra, que no puede ser medido ni detectado por instrumentos terrenales. Un ser humano puede percibir en muchos momentos la naturaleza espiritual, es decir el núcleo espiritual de sí mismo ó el de sus semejantes. Cuando a base de este razonamiento se llega a reconocer la existencia de la personalidad espiritual, surgirá la pregunta: ¿De dónde viene este espíritu y por qué encarna en un ser humano terrenal?

La obra “En la Luz de la Verdad” hace referencia al hecho de que la personalidad espiritual ha salido de su patria espiritual para poder actuar de diferentes maneras por medio de su cuerpo terrenal, a fín de adquirir, por medio de la experiencia, una madurez más grande y más elevada. Cuando habrá llegado al nivel más alto de maduez retornará a su patria, para expresar allí en los planos espirituales todo lo que había adquirido.

A base de este punto de vista se podrá deducir adicionalmente, que el desenvolvimiento de la personalidad espiritual como también de la vida terrenal misma se dan de acuerdo a las condiciones de un principio de evolución. Este principio fue designado por el autor en su obra como “las leyes de la creación”, las cuales son la manifestación de la voluntad de Dios.

El reconocimiento de las leyes de la creación, a las cuales está subordinado todo lo material como también todo lo inmaterial, conduce inevitablemente, y en última consecuencia, al reconocimiento del Creador, de cuya Voluntad emanan todas las leyes

Para todo lo material usamos la designación “en este mundo” y para todo lo inmaterial la expresión “el más allá”. Ambos géneros - este mundo y el más allá- están reunidos en el ser humano, y ambos forman parte de la creación que se ha formado a partir de la Voluntad de Dios

Todo lo que percibimos materialmente, por ejemplo los cálidos y luminosos rayos del sol, los movimientos cíclicos de los planetas como todo lo demás, que posee movimientos o “carisma” está subordinado a las exigencias de las leyes de la creación y recibe la fuerza de las irradiaciones del Creador para este movimiento o “carisma”. De este modo, todo lo es determinante para el ser humano, ya sea en este mundo o en el más allá, depende del Creador y debe insertarse en sus leyes. En caso de que el ser humano no se intercale, o lo haga parcialmente, entrará en conflicto con las leyes de la creación; de este hecho siempre surgirán perjuicios para la persona concerniente.

Para algunos lectores de la obra “En la Luz de la Verdad” surge, a base de una intensiva profundización, una imagen cada vez más clara y precisa del Creador y de su Voluntad que se expresa en las leyes de la creación. La condición previa es que reconozca personalmente que la existencia del ser humano no está limitada a una vida terrenal y que el ser humano forma parte de la creación. En sentido es absolutamente necesario que se reconozca y se acepte las leyes que actuan en la creación, y que también se tenga la voluntad de insertarse uno mismo con toda devoción a la Voluntad del Creador. Con este proceso, el ser humano en cuestión llega al reconicimiento de la profunda veracidad de las diferentes tradiciones religiosas, las cuales harán crecer la compresión de Dios.

La obra “En la Luz de la Verdad” da respuestas en abundancia a aquel ser humano que desee ver las explicaciones exclusivamente desde el punto de vista de las cosas del mundo terrenal, accesibles al intelecto, como también a aquel otro que busca comprender las explicaciones de esta obra única con su ser espiritual. Para estos últimos surgirá, durante sus estudios, el reconocimiento del motivopor la cual la obra “En la Luz de la Verdad” porta adicionalmente el título “Mensaje del Grial”. También el significado del nombre del autor “Abd-ru-shin” encontrará su explicación. Para los lectores de la obra “En la Luz de la Verdad”, que han reconocido para sí mismos el sentido de la vida y la orientación para un fin, aquella obra se ha convertido en la antorcha y el báculo para la organización de su vida terrenal, por lo cual predeterminan, en parte, su camino en el mundo del más allá.

Generalmente crece también en estos seres humanos una fuerte voluntad de venerar al Creador y de agradecerLe. En este caso es natural que aquellos seres humanos se reúnan para adorar juntos al Creador en devoción. Es compresible que aquel alto y profundo deseo de venerar y elogiar a Dios tenga lugar en un recinto cerrado. Sólo las personas, con las cuales se han clarificado los prerequisitos en una conversación previa, tendrán acceso a aquellos recintos de adoración.

El proceso dar gracias, veneración y elogio a Dios es algo muy personal, es algo que emerge de lo más profundo de la personalidad espiritual y que no aspira ninguna forma de expresión ritual.

El lector de la obra “En la Luz de la Verdad” que ha obtenido una orientación gracias a esta obra, la cual se ha transformado en la antorcha y el báculo para el desenvolvimiento de su personalidad espiritual, siente en sí el inmenso deseo de actuar armónicamente y ennobleciendo su entorno durante la organización de su vida terrenal.

Siegfried Bernhardt

  
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